"Esto es muy grande. Me explicó que se iba y tal... Pásame aquello. Es una cosa que sirve para..."
El castellano es una lengua muy rica y bella, con infinidad de expresiones y una vasta amplitud de vocabulario que reducimos al mínimo cada vez que hablamos. Pasa lo mismo con el catalán. Nos esforzamos poco en tratar de ser precisos en lo que explicamos o escribimos y acabamos yendo a lo rápido. Es más fácil decir que algo es muy bonito o muy feo en vez de decir precioso u horrible. Es más cómodo referirse a objetos cercanos con demostrativos que llamarlos por su nombre, así como usar siempre adverbios de lugar en vez de especificar un sitio: "Dame eso de ahí". "Estoy aquí".

Quede claro que no estoy hablando del lenguaje coloquial, donde los "joder, tío, qué pasa, colega, qué hay, macho, no me toques los..." etcétera inundan por completo cualquier conversación mundana. Puedo entender que existan distintos registros del lenguaje, pero... ¿realmente marcamos una sepración entre ellos? ¿Somos capaces de diferenciarlos?
No voy a entrar en los motivos que nos llevan a todo este caos léxico (pantallas en vez de libros, falta de interés por parte de la mayoría de gente...), simplemente desde aquí animo a todo el mundo a tratar de mejorar su lenguaje, a expresarse con la máxima claridad y a usar todo el vocabulario del que buenamente disponga cada uno, sea en el idioma que sea. Seamos precisos en nuestro hablar, ¡seguro que las ganancias son mucho mayores que las pérdidas!
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