Visitas hasta ahora

Confianza


Todos conocemos, a grandes rasgos, la actualidad norteamericana. O no. Digamos que a todos nos suena el nombre de Obama, digamos que la gran mayoría conseguimos asociar un rostro a ese nombre, que muchos de nosotros incluso podríamos mencionar algunas de las memorables frases que usa como eslogan, que algunos podríamos también entender qué significan, pero que sólo unos pocos comprenden cómo puede un sólo hombre, ese hombre... hacer temblar nuestro planeta, de arriba a abajo.

Y es que este hombre tiene confianza. Confianza en su país, confianza en las personas que le rodean, pero ante todo tiene confianza en sí mismo. Tiene seguridad, y la transmite en cada gesto, en cada expresión, en cada movimiento. Y hablo de Barack Obama, porque sin duda él es ahora mismo el máximo exponente de la importancia que tiene la confianza en uno mismo en nuestra sociedad.

Está claro que, dada la situación que vivimos actualmente a nivel mundial, necesitamos que salgan esos líderes, esa gente en la que podamos depositar nuestras esperanzas, en quien podamos sentirnos reflejados, y ver en él o ella nuestros sueños realizados. Y ello no tiene por qué hacernos sentir cobardes o insignificantes, porque sin lugar a dudas, en otro momento y en otro lugar será a nosotros a quién deban seguir.


Imposible is nothing, decía una conocida marca deportiva. No se puede corroborar al 100% la afirmación, pero está claro que el eslogan fue concebido por alguien muy seguro de sí mismo. Tal vez sea imposible que mañana me despierte y haya crecido hasta los 2 metros 37 centímetros, superando así al hombre más alto del mundo, pero si tengo confianza podré buscar los métodos a mi alcance para conseguir lo mismo que pueda hacer él gracias a su altura (desde coger las cajas de encima del armario hasta jugar al baloncesto profesional).

De la misma forma, es la confianza la que nos ayuda a sacar adelante nuestras relaciones, nuestros empleos, nuestros estudios o nuestras aficiones. Tengo que hacer que mi pareja confíe en mí para desahogarse, debo conseguir que mi jefe confíe en mí para el trabajo, y debo conseguir que el entrenador cuente conmigo para lanzar el último tiro. Requiere un esfuerzo y tal vez la recompensa no sea inmediata, mas sin lugar a dudas tener esa seguridad en uno mismo (sin que llegue al lindar de la vanidad) debería ser nuestro primer objetivo antes de proponernos ninguna otra meta.

Así pues, de todas las posibles definiciones de confianza, me quedo con la de "Ánimo, aliento, vigor para obrar". Porque si hay que asaltar las torres más altas del castillo, hay que coger la escalera más larga que encontremos.