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Carta a los padres de los niños deportistas

Voy a hablar de un tema más que tratado entre los entrenadores y directivos de todos los clubes deportivos, y sobre el cual se han escrito ya decenas de líneas. Las mías van a ser tan sólo unas pocas más que tratarán de sumarse a la causa.
Dejo aquí hoy mi particular CARTA A LOS PADRES y acompañantes de los niños y niñas deportistas. Una carta más que se une a todas las ya escritas (algunas verdaderamente buenas). Por comodidad usaré frecuentemente sólo el género masculino para simplificar, mas hablo de niños y niñas por igual. 


"Queridos padres,

Primero de todo quisiera por favor pediros que reflexionéis unos segundos sobre los motivos por los que vuestro hijo practica este deporte. ¿Lo ha querido él? ¿Lo habéis decidido vosotros? ¿Con qué objetivo está jugando el niño? La respuesta sincera a esta pregunta os ahorrará muchos quebraderos de cabeza. 

El Club
Bien, hablemos del Club. De primeras, estáis apuntando al chico a un club con unos ciertos valores, normas y condiciones que debéis conocer de antemano. Un equipo que tiene años de experiencia en el sector y por el que han pasado ya cientos de directivos, educadores, padres y niños.  Y ese Club dispone del mejor conjunto posible de formadores llamados Entrenadores, dándoles total respaldo y confianza para desarrollar sus habilidades como educadores de niños y niñas en la práctica deportiva; así que cuando decidís que el chico forme parte del colectivo estáis aceptando también al Cuerpo Técnico que le formará. 

Basándonos en ésto, probablemente el Club tendrá varios equipos de chicos y chicas de la misma edad que suelen diferenciarse mediante las letras A, B... Igual que sucede con las clases de inglés o de matemáticas, los jugadores tienen distintos niveles de juego y la única forma de competir en un nivel avanzado es "estudiando más", es decir, entrenando duro para mejorar y avanzar. Así pues, hay que entender y aceptar el equipo en el que juegue vuestro hijo y simplemente animarle a disfrutar al máximo y a esforzarse para mejorar dentro del grupo. 

Desarrollo del joven deportista
Creo que en estos tiempos extraños para los pequeños y jóvenes, cada vez más dados a la comodidad, las malas compañías, el pasotismo y el vicio, el deporte es la mejor vía de escape y de crecimiento personal, ayudando al desarrollo sano del niño. Así pues, guiaremos a los jóvenes a crear el hábito de practicar deporte para toda la vida, mostrándoles los valores y los beneficios del mismo.

Tomando este hecho como punto de partida, los chicos tendrán en el deporte, igual que en el resto de las facetas de su vida, unas etapas evolutivas y de crecimiento. Ésto a menudo se nos olvida y exigimos a los pequeños que compitan como adultos, cuando la mayoría de veces el niño o niña ni siquiera entiende lo que le estamos pidiendo.



Actitudes a mejorar. Familia y Club, un mismo objetivo.
Estimados padres, sé que todo ésto que acabo de deciros no os resulta nuevo. ¿Verdad que lo sabíais?
No lo dudo. Así que, teniendo presente todo lo anterior, vamos a aclarar algunos detalles importantes.

1 - Debéis dejar a los entrenadores desempeñar el trabajo para el cual se han formado, tanto en los entrenamientos como en las competiciones. Primero de todo, por educación: cada cual tiene sus funciones y su área de actuación y debemos respetar el trabajo de los demás. Además, pensad que si insistís en darle continuamente consejos deportivos al niño le estaremos confundiendo (¿quién tiene razón? ¿a quién debo escuchar?), y generaremos dudas en su personalidad; esto a menudo desemboca en desconfianza del joven hacia el entrenador, nada beneficiosa para él ni para el equipo.
En todo caso, sí deberéis dar vuestra opinión cuando el propio niño os lo pida, mostrándole vuestro punto de vista de la forma más constructiva posible.

2 - Es importante que vayáis a ver las competiciones que podáis pero vuestro papel debería ser el de observador, tratando únicamente de apoyar y alentar a los vuestros y disfrutar del espectáculo. No deberíais interactuar con los participantes ya sean vuestros hijos, los contrincantes o el árbitro: en esta ocasión vosotros no estáis participando. En cuanto al árbitro, daos cuenta que es alguien que también está haciendo deporte y, en la mayoría de los casos, está todavía aprendiendo en su faceta. Si desde dentro del campo no vemos al resto de participantes como enemigos, ¡vosotros tampoco debéis verlos como tal!

3 - Entre todos debemos ser capaces de medir el concepto de victoria y derrota.
Hay que felicitar al deportista en la victoria, pero siempre de forma comedida y no aparatosa. Tampoco es buena la indiferencia o el exceso de comentarios del estilo de "podría estar mejor".
En caso de derrota, hay que enseñar a aceptarla y aprender de ella. A nadie le gusta perder, pero en los niños la sensación de tristeza o coraje por haber perdido desaparece bastante rápido (en especial en los deportes donde que se compite semanalmente). Si el chico os ve enojados o tristes se lo tomará como algo personal, y le acompañará el sentimiento de haberos fallado en algo. No olvidemos que vosotros, los padres, sois el principal modelo y ejemplo de vuestros hijos.
Quedan muchas derrotas como ésta a lo largo del camino y no podemos temerla. Remarquemos el esfuerzo de los jugadores, ya que la sensación de haberlo dado todo es la verdadera victoria de un deportista. 

¿Sabéis por qué saludamos al equipo rival, al árbitro y a la mesa antes de un partido? 
Lo hacemos porque estamos mostrando nuestro respeto y agradecimiento a los que van a tomar parte, igual que nosotros, de una actividad que nos encanta.
¿Y por qué nos damos las manos después del partido?
Al contrario de lo que se pueda pensar, no es una rutina o una costumbre. Es nuestra forma de dejar los lances del juego atrás y agradecer al equipo rival el encuentro y el desafío que nos han planteado. En ese momento los jugadores y entrenadores nos deseamos suerte en adelante, nos disculpamos por cualquier desliz ocurrido y nos damos las gracias por formar parte de éste, nuestro juego. Es nuestra manera de dejar claro que tan sólo ha sido un partido más, y que seguiremos trabajando y disfrutando del deporte que es nuestra pasión.

A diario exigimos a los dirigentes, políticos y escuelas que proporcionen un futuro mejor para nuestros hijos, que nos ayuden a educarlos, y constantemente tratamos temas como la igualdad, la solidaridad, el bullying, el respeto o el compañerismo. Y, aunque no nos demos cuenta, a menudo somos los primeros en perder todos esos valores delante de esos niños a los que tratamos de educar.

Queridos papás, mamás y familias de nuestros deportistas: tenéis una de las tareas más difíciles de esta vida, pero a la vez una de las más bonitas: educar a los adultos del mañana en un conjunto de valores. Dejadnos ayudar. ¡Vayamos todos a una!

Atentamente,

Un educador comprometido "

Sí, quizás hoy esté a este lado de la barrera. Pero este escrito lo firma también un niño gordito que practicaba deporte desde pequeño, y que se convirtió en un adolescente obeso que seguía entrenando pese a que apenas jugaba 5 minutos por partido. Un chico que cada semana rogaba a sus padres, casi con lágrimas en los ojos, que no viniesen a verle, que no iba a jugar y que si lo hacía seguro que jugaba mal.
Pero mis padres, mis increíbles padres, siempre venían; animaban a mi equipo, a mis compañeros, a mis amigos, y se mantuvieron siempre cerca para apoyarme en lo que más me gustaba.
De nuevo gracias a los dos, que habéis hecho tan fácil ésta y tantas otras cosas para mí.



Os dejo también un interesante artículo de La Vanguardia que advierte al respecto.

De jefes, mandantes y otras deidades

¡Qué bueno soy! ¡Qué bien hago mi trabajo! Aún te diría más: soy de lo mejorcito que habrás visto hasta ahora. ¡Te voy a enseñar cómo se hace! Nah, mejor aún: lo haré yo, tú mira y aprende...

- Sí, porque yo vengo de Somos Los Putos S.A, ¡era el presidente de la empresa!. Allí siempre hacíamos ésto y lo otro, y todo iba genial así y asá. Hazme caso, sé de lo que hablo. 


- Eh, que vengo de Club de Barrio Que Ha Ganado La Champions De Su Pueblo F.C. y allí he sido el Director Técnico Deportivo... Aquí sólo soy el utillero, pero yo creo que tendríamos que echar a ese entrenador y al recogepelotas porque no son nada serios en su trabajo, ¡este club necesita más profesionalidad y disciplina!

- Pues yo soy el nuevo Jefazo Que Lo Flipas en la empresa Estamosenquiebra.com. Hasta hace dos meses era un empleado corriente, pero debido a la crisis económica los anteriores dirigentes han emigrado y la mayoría de los empleados han sido despedidos. Hemos pasado de una empresa con 1000 trabajadores a ser sólo 50.
¡Eh! ¡Pero soy el jefe! No tengo reparos en echar a un empleado que no conozco de nada ni he visto trabajar sólo para demostrar que aquí mando yo y que tengo el poder absoluto (¿alguien lo ha leído como Jafar en Aladín?). Veréis qué rápido reflotamos el negocio...

- Pues yo entreno desde hace diez años al Conejos Cojos B.C y lo hemos ganado todo. Sólo el equipo de los Perezosos  nos hacía algo de sombra, ¡pero aún así éramos imbatibles! Queremos más retos ¿Que me pones en la liga de los Babuinos? Es demasiado fácil para nosotros, ¿por qué no la liga de los Gorilas?

- Hola, mi nombre es AcaboDeCumplirLos22 y soy nuevo aquí. Es la primera vez que trabajo en el sector pero he estudiado seis meses de un curso online para ponerme al día. Uy, ésto que me dices no lo veo yo muy claro eh... Yo lo haría de esta otra forma. Que sí, que sí, tú déjame, ya verás...
¡No es culpa mía que haya salido mal! Juan no ha hecho lo que debía y Pedro se ha equivocado en la mitad de las cosas. Es culpa de ellos. Además, ¡hemos tenido muy mala suerte!

No voy a seguir porque no acabaríamos nunca. Hablo de dioses, semidioses y gente que tiene (o cree que tiene, o quiere tener) poder sobre otras personas.

Gente joven sin humildad que llega arrasando y cometiendo infinidad de errores, siempre culpa de los demás, y sin intención alguna de aprender o mejorar porque "ya saben suficiente, incluso más que tú".
Personas adultas que desean tocar todas las teclas a su alcance, tener la sensación de que lo controlan todo y de que están por encima del bien y del mal. Lo harán todo por tu bien, o por el bien de la empresa, club o sociedad, pero darán por c... que no veas.

Para mí, el que está más arriba no debería ser el mejor, sino el que hiciera mejores a los demás.
En cambio, a menudo el que está más arriba es el que ha tenido más morro, más contactos o más dinero. 
¿Os suena? Vosotros que os quejáis de los políticos... A menor nivel, pero ¡estamos haciendo lo mismo!

Podemos filosofar lo que queramos, hablar, manifestarnos y revolucionarnos, pero no estamos partiendo de las bases adecuadas. HUMILDAD, familia, que belleza nos sobra.

Dedicado al Sr J.R., que vive en sus carnes éstos y otros excesos de los mandamases.

De líos

Todo el mundo necesita un lío.
Y por lío me refiero a enrollarse con alguien por puro placer o morbo, pero también me refiero a tener una afición intensa por alguna actividad.

Creo que todos, de una forma u otra, tenemos un lío con algo o alguien. Esa persona que me tiene loco, que cada vez que veo el estómago me da un vuelco y el aire se me estanca en el pecho. Él o ella, que quizás no sea mi pareja ni mi amante, si no simplemente un buen amigo que saca siempre lo mejor de mí. Mi hermano, mi hermana, mi madre. O ese hobby, profesión, deporte o afición a la que dedico la mayor parte de mis pensamientos. Sólo uno mismo sabe lo que le mueve cada segundo de su día a día.

La novela que estoy escribiendo. Nuestra relación es complicada. La amo como a la hija que algún día tendré. Sé que depende totalmente de mí en sus primeras fases, y sé que a menudo no tengo fuerzas para sacarla adelante. Se me enreda al cuello y aprieta, porque no le doy suficiente atención. Se contradice constantemente, o quizás sea yo el que la esté enseñando mal. Pero la quiero. Sé que no estoy siendo un padre constante y regular, sé que es algo esporádico. Pero ella siempre me espera. Y el día que nos encontramos se apagan todas las luces y sólo quedamos ella y yo, mi imaginación y sus historias. Aunque, no lo negaré, tengo ganas de crezca y sea adulta; de que haga su vida, y de vez en cuando me llame para contarme que todo le va bien.

El baloncesto. Ese deporte que sólo puede definirse como genial. Ese juego que me hace pensar constantemente, que me da bofetones cada semana y me abraza luego para consolarme. El deporte que me enseña todos los valores que debo meter en mi mochila, y el que me permite inculcarlos a los niños y niñas que lo adoran tanto o más que yo. El baloncesto, que me obliga cada día a superarme, y que me rodea de personas que, por todos estos motivos, sin duda valen la pena...

Mi hermano. La persona más importante de mi vida. Aquél con quién he crecido y a quién he ayudado a crecer, y aquél que siempre hace cosas pequeñas que generan cosas muy grandes. Él es de aquellos que, de verdad, merecen una oportunidad en la vida, porque personas como él son las que sacarán lo mejor del mundo mañana. 

Estos son algunos de mis líos: no tienen por qué ser siempre los mismos, a menudo cambian conforme avanzamos aunque algunos permanecen. 

Tu lío es tu motivación, tu impulso y tus ganas de seguir. Tu estímulo y tu pasión. Aquello en que piensas cada noche justo antes de quedarte dormido, y lo primero que te cruza la mente al despertar. Lo que te ayuda a levantarte de la cama. Eso que, a veces, no te deja dormir... 

I tot i així, tu i només tu ets el meu embolic endimoniat, una constant, el que penso i somio cada segon de la meva existència.