Visitas hasta ahora

Sólo soy un portador de genes

Estos días estoy leyendo 1Q84, de Haruki Murakami. Por el momento muy bien, aunque larguísimo y quizás incluso demasiado extenso (rayando la repetición) en sus descripciones y explicaciones. Pese a ello, genial.

Pero no quería hablaros del llibro en sí, si no de algo que leí en él y que, coincidencias de esta vida, se asemeja mucho a los debates que mantengo a menudo en mi interior:
"Somos simples portadores genéticos. Así, si logramos mantenernos con vida y reproducirnos, ¿no se habría logrado con creces nuestro objetivo de transmitir el ADN? ¿Qué ganan los genes con el hecho de que existan personas que lleven una vida complicada y retorcida, a veces sumamente extraña? [...] Elegir otra vida. Devolver la tuya y obtener otra nueva a cambio."

Ufff... da muchísimo que pensar. Primero, la idea de ser simples portadores genéticos. Yo no escojo qué tipo de pelo tengo, o el tamaño de mis manos o mis pies, o la forma de mis uñas. Me viene todo dado de antemano, yo sólo puedo usarlo y como mucho, decorarlo. Y todo ello, me guste o no, se lo transmitiré a mis hijos. Una idea simple pero muy profunda si uno quiere perderse un rato.

Y luego está la otra parte. Elegir otra vida. Dado que soy una mente que controla un cuerpo con el objetivo de transmitir información genética, probemos a cambiar de individuo. Si no te gusta la vida que llevas, quedando descartado cualquier clase de desestabilidad mental que pueda llevarte al suicidio, imagina que pudieses cambiar tu existencia por otra. Sin saber cuál; simplemente, decidir dormirte y despertar en un nuevo cuerpo, una nueva época, quizás incluso un nuevo universo. Sin recordar nada de tu pasado.
Quizás así encontráramos una vida mejor, y sin saberlo vuelva a nacer en el seno de una familia noble del siglo XV, o como Senador del Área Intergaláctica 3QS2. O quizás despiertes en un poblado pobre enmedio de la nada y tus únicos sueños sean Ayuda Internacional, o una muerte rápida e indolora.

Realmente, todos aquellos que os lamentáis a diario de la vida que llevais, de lo bien que os iría de cualquier otra forma o de lo que daríais por cambiar vuestra existencia... ¿Jugaríais esa baza? ¿Elegiríais literalmente cambiar de vida, sin ninguna memoria anterior, sin saber cuando en el tiempo ni donde apareceríais?

Visto así, no suena tan bonito, ¿eh? A veces hay que valorar un poquito más lo que tenemos y lo que podríamos tener. Suena a tópico, pero hay que encontrárselo y darse de bruces para darse cuenta.