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Groserías

Siguiendo de alguna forma el hilo de la entrada anterior, dedicaré hoy estas vagas líneas a deambular por el intrincado camino de la expresión de impresiones, acaso esto tenga algún sentido.
Impresiones tales como el entusiasmo.

Entusiasmo es cuando mostramos ostensiblemente nuestra sensación de alegría o de excitación por algo, es decir, cuando estamos exteriorizando esa sensación de furor.
Acostumbramos a exagerar, lo cual hace a menudo que parezcamos burdos actores buscando desesperadamente un aplauso o un reconocimiento, o siquiera que nuestros interlocutores se unan a la fiesta, pero al fin y al cabo es algo innato y, me atrevería a notar, necesario en nuestra naturaleza.

Aún así, es quizás interesante considerar que la cosa suele funcionar a la inversa, veamos si no: Habitualmente, al darse una serie de circunstancias uno siente una sensación de alegría que se queda en eso, en satisfacción personal. Es al contarlo cuando se le da ese énfasis especial, cuando expulsamos más aire del necesario para que se nos oiga, cuando le damos esa tonicidad a cada frase que provoca aún más exaltación en uno mismo más que en la persona que nos sufre.

Así pues, creo poder afirmar que exteriorizar nuestras sensaciones es más bien convencernos a nosotros mismos que las tenemos, realzándonos incluso en ellas, más que tenerlas efectivamente.

Y, visto así… El entusiasmo es una grosería, ¿no creen?

1 comentario:

M u f f i n dijo...

No es una groseria, bajo mi punto de vista, Sir Roza.

Puede que te hayan hecho considerar que es una groseria por las reacciones de los que te rodean?

Hay que saber expresarse y a quién contarle las cosas, querido.

un besito, solo te comento para que veas que estamos por aqui pendientes de tu maravilloso blog :D